domingo, 8 de noviembre de 2009

Obsession I


Some boys adore me, but the one I like ignores me

La primera vez que lo vi fue hace ya más de un año. La casualidad nos hizo llegar a la vez a la misma casa. Él en taxi y yo en coche, nos encontramos frente a tres casas iguales compartiendo la misma reja. Ninguno de los dos sabía cuál era la indicada. Nos miramos mutuamente con cierta confusión. Le pregunté a dónde iba – efectivamente los dos buscábamos la misma reunión. Él me sonrió y preguntó mi nombre. Yo le contesté y le pregunté el suyo, un ligero cosquilleo se formó en mi estómago y quiero pensar que ambos tuvimos un momento. Finalmente entramos, yo acababa de llegar de visita de Europa y la mayoría de la gente en el lugar no me había visto en un año por lo que los saludos fueron efusivos y fueron seguidos de múltiples preguntas y comentarios que me hicieron olvidarme del guapo extraño.

Cuando finalmente me acordé de él y lo busqué estaba platicando seriamente en el jardín con otro tipo. Un tipo que conozco de vista desde hace años pero del que no sabía mucho más. Por nervios y no molestar decidí esperar a que dejaran de platicar y cuando me di cuenta ya se estaban yendo. Pregunté a mis amigos por él, pero no lo conocían, sólo me quedé con su nombre, un nombre con buen sonido y tres sílabas.

No lo volví a ver sino hasta la semana pasada. En esa misma casa, en una fiesta de Halloween. Cuando llegué con mi amiga P. la fiesta estaba en su apogeo y todos estaban disfrazados concienzudamente pero un chico con una capa roja y pintura en la cara llamó mi atención sin yo saber bien por qué, digo, no podía ver bien quién era.

Esta vez yo no estaba dispuesto a dejar pasar la oportunidad, y tenía el presentimiento de que era él, lo busqué con la mirada varias veces y él me correspondió cada vez, pero siempre estaba rodeado de unas dos o tres personas que no lo dejaban solo ni un momento, y aunque ya soy más atrevido, no lo soy tanto como para llegar a interrumpir todo, aunque ahora creo que lo debí haber hecho. Mandé a mi amiga P. a que averiguara acerca del encapado extraño, después de unos 15 minutos y a pesar de que ella ya tenía varias copas encima volvió con la información requerida, efectivamente es él, vive en el DF y tiene novio.

Ninguna de las informaciones que me trajo mi amiga fueron buenas, además de la confirmación de que era la misma persona. Aunque un poco desanimado decidí ir a hablarle en ese momento y justo mientras volteo para ir hacia donde estaba lo veo salir por la puerta acompañado del mismo tipo de la otra vez que ahora sé es su mejor amigo.

Mi primer impulso fue irme (debí haberlo hecho), pero me quedé. Cuando la fiesta comenzó a morir el primo del anfitrión de la fiesta, que también hace un año ya me había tirado los perros insistentemente me volvió a buscar. Esta vez yo le hice más caso, supongo que quería atención, y él ya había bajado la panza que tenía antes. Toda la gente desapareció y nos quedamos él y yo. Hubo algo de besos, faje y tocamientos intensos… pero regresé a mis cabales y salí corriendo de la casa. Es chistoso, pero es la segunda vez que salgo corriendo de esa casa.

Toda la siguiente semana me la pasé pensando en aquel chico al que solo he visto dos veces y con el que he intercambiado sólo tres palabras y dos sonrisas. Por qué me obsesiona tanto? La verdad no lo sé, ni siquiera sé qué es lo que se requiere para que una persona me obsesione de esta manera. Hace muchísimo que no me pasaba esto, y por el momento me siento bien de al menos tener a una persona específica por la cual suspirar (ahhhh pero qué cursi fue eso!!!).

Para distraerme un poco de esta ridícula obsesion mañana me voy de viaje por unos días. Voy a Puebla, ciudad a la que increíblemente, nunca he ido antes. Espero mañana por la noche en el hotel poder seguir escribiendo la segunda parte de esta historia que todavía no tiene desenlace.

lunes, 2 de noviembre de 2009

The Opposite of It

Y ahora haré lo opuesto de lo que he hecho, quizá así me funcionen las cosas.


Hay tres nuevos chicos que me interesan, qué fácil soy.


Estoy amando esta parte de la provincia mexicana.



Más es más!