sábado, 18 de abril de 2009

de familias, caseros, abuelos y nietos

Ayer mis compañeros de piso y yo fuimos invitados al segundo cumpleaños del hijo de los vecinos de enfrente. Ella es la hija de nuestro casero, un arquitecto que tiene su oficina justo debajo de nuestro departamento, en fin que este es un edificio "familiar". Ya el año pasado fuimos, y fue una de las experiencias más incómodas de nuestra extensa vida social. Para empezar ninguno de nosotros tenía mucha idea del idioma local, y aunque los idiomas comunes ayudan a establecer cierta comunicación la barrera del lenguaje siempre estuvo presente, y segundo, es que todos los invitados a excepción de nosotros se conocían muy bien entre sí, seguramente por años, y nosotros éramos los únicos extranjeros exóticos, y absolutamente todos los demás invitados nos miraban con curiosidad como si fuéramos pájaros exóticos. Con esto no quiero decir que no sean buenas personas, todos son muy amables y buenas personas, digo finalmente nos invitaron, pero eso incluso lo hace más incómodo.



Esta año de nuevo fuimos invitados, y como viven justo frente a nosotros, son amigables y toleran nuestras ocasionales fiestas, pues teníamos cierta obligación de ir. Además comida y bebida gratis siempre deben ser aceptadas no?



Esta vez fue mucho mejor, nuestro nivel de comprensión, que no el de expresión en el idioma local se ha incrementado enormemente, sobre todo considerando que ni lo estudiamos ni lo hablamos más que lo mínimo indispensable. Esta vez todo estuvo mucho más relajado, las conversaciones trancurrieron entre fragmentos de italiano, alemán, español, inglés y copas de vino y prosseco.




Es grato saber que México todavía mantiene una buena imagen, quiero pensar que es en parte gracias a la gente cool como yo que anda viajando por el mundo jejejeje. Mi casero ha ido varias veces, y habla español bastante bien, debo reconocerlo. Lo más chistoso es que después de vivir ahí por casi dos años es la primera vez que platico con él, y me entero de todo esto.



Otra cosa curiosa fue ver las mismas estructuras de familia que he visto en México. El abuelo, fundador del negocio familiar, como patriarca alrededor del cual gira todo, pero que a la vez se deshace por jugar y complacer a su primer nieto, un niño tan desquiciado como todos los niños de dos años pueden serlo, y que ahora toma el puesto central en la vida familiar. Me recordó a mis reuniones familiares en casa de mi tío, ahh extraño a mi familia.



En fin, fue una buena tarde.

2 comentarios:

trendt dijo...

y hubo dulces? me encnantan la spilatas con hartos dulces, y de los americanos jajajajaja y pastel yummi yummi agh ando d eun goloso supremo

---___--- dijo...

oh..si, me debo cuidar mucho de mi patriarca. es un viejo de percepcion aguda envidable por algun halcon.



No sea gorron!(aunque si dejaras de serlo, perderías parte de tu mexicanidad) XD


saludos!