domingo, 21 de junio de 2009

Jet Setting




A veces la vida es buena, muy buena. El sábado de la semana pasada tuve uno de esos días perfectos, y aún más porque fue totalmente sin planearlo y espontáneo, de los que más se saborean.

Resulta que un amigo, tiene una amiga, que tiene otra amiga que sus papás tienen una casa en un lago con su respectiva lancha mamona. So, ahí voy para el embarcadero frente al casino local a que me recogieran dos tipas buenonas y mi amigo en el bote. A partir de ahí todo fue perfecto, el calor abrumador de la ciudad fue sustituido por la fresco viento del lago con la lancha moviéndose a toda madre, las vistas de las montañas alrededor se volvieron aún más espectaculares, el sol pasó de ser molesto a ser una agradable oportunidad para continuar con nuestros bronceados. Cruzamos toda la longitud del lago en unos 20 minutos para regresar a la casa a donde llegaría la tercera chica.

Una vez que estuvimos todos juntos nos dispusimos a tomar una botella de prosecco helada que yo llevé (siempre hay que llevar algo chicos). Después fuimos a un punto en medio del lago para nadar un rato. Mejor dicho, para chapotear unos minutos porque el agua estaba bastante fría, pero nos sirvió para quitarnos el calor y después seguir asoleandonos en la cubierta del bote. Fue cuando todas se quedaron en bikini que me di cuenta que la chica dueña del bote tenía unas tetas impresionantes, en fin una escena perfecta.

Retomando una plática con uno de mis lectores, es este tipo de eventos en mi vida lo que contribuye a que no me interese usar ropa de marca con el único objetivo de mostrarlas. Y es que de vez en cuando mi vida se vuelve como de anuncio de revista, no necesito comprar algo para que me cree esa ilusión. A lo mejor esto suena un poco mamón, pero en serio que es lo opuesto, estas experiencias, que tampoco son de todos los días, me hace vivir más relajado y contento con la vida en general.

Después de descansar un rato las chicas hicieron un poco de water ski en medio del lago. Cuando ya estábamos algo cansados nos dirigimos a un pueblito en otro extremo del lado para ir a tomar un helado. Fuimos específicamente a una gelateria ya conocida por la dueña del bote. De regreso a la casa fuimos en el coche de la tercera chica al super. Era un bmw negro convertible, con música de fiesta y todos felices manejamos alrededor del lago. Cuando pasamos la frontera los guardias sólo nos sonrieron.

Por la noche nos dirigimos en la lancha otra vez al pueblito a un restaurante a comer unas pizzas deliciosas. Debo de decir que es mucho más cool llegar a un restaurante en bote que en coche o caminando.

En fin, el día fue simplemente perfecto.



3 comentarios:

trendt dijo...

en momentos como esos te envidio soberanamente...
dos pregntas:
no tuviste un encuentro casual del tercer tipo? (o al menos del segundo)
has pensado que mas que la amrca, lo que muchos valoramos es el diseño?
yo tegno prednas que he comprado en el super y me encnatan y cosas d emarca que em han regalado y que siento no tener el ticket para poder ir a devolverlas
jejeje

The Passenger dijo...

mmmh de acuerdo con que algunas cosas de marca tienen mejor diseño pero no todo! por ejemplo las playeras polo sport con el nuevo logo gigante! o sea qué diseño especial es ese?!?

aunque alguna vez me regalaron una playera de dolce&gabbana que me encantó por la tela y el corte aunque yo jamás hubiera pagado el precio en lo que las venden!

trendt dijo...

no contestaste mi primera pregunta jajaja los caballeros no tienen memoria?