La belleza de los alpes es -digamos- clásica. Del tipo que ha inspirado innumerables pinturas, fotos, novelas y películas buenas, malas y mediocres. Pero hay una razón para ello, para mí, cada que los recorro en el tren o los admiro desde algún punto los paisajes simplemente me quitan el aliento. La enormidad que se siente al ver acantilados de cientos de metros de altura precipitándose a un lago de aguas azuleverde, o la opresión al estar en un valle profundo rodeado de montañas nevadas que ocultan el sol después de las 2 de la tarde, las formas naturales de pronto se hacen muy evidentes y significativas, diría que hasta espirituales.
Me doy cuenta de que esto puede sonar un poco exagerado o cursi, pero al menos para mí, cuando estoy rodeado por esa belleza tan rotunda, es simplemente abrumador, y me hace sentir pequeño pero tranquilo y en paz. (así tipo la escena de la bolsa de American Beauty best scene ever!).
Debo aceptar que antes de mi estancia aquí no tenía un especial interés por los paisajes naturales, al menos no más que cualquier persona citadina. Sin embargo, ahora que me he "acostumbrado" a admirar la grandiosa naturaleza de esta parte del mundo me doy cuenta de lo que me había perdido. Y no sólo por lo que veo aquí, sino por lo que ahora me doy cuenta extraño de México, grandes espacios vacíos (muy raros aquí en europa), el desierto, las montañas junto al mar, tantas cosas.
luminous summer evenings
Y si además se toma el tren por la tarde con el sol en la cara y una cerveza en la mano, el mundo simplemente se ve perfecto.
*Mi idea original era hablar con más detalle del fin de semana pasado. Pero creo que lo haré en otro post.
Por último les dejo la canción, las imágenes del video son un poco trilladas y cursis, pero es el que encontré y tiene la letra otro poco más cursi, pero así es el tema de hoy. What a wonderful world.
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